Hoy os traigo un cuento que surgió de la idea de aplicar el carné de conducir por puntos al DNI. Espero que os guste.
Visto
el éxito del carné de conducir por puntos, se decidió trasladar el modelo al
carné de identidad. Por cada delito, el estado quitaba parte de tu identidad.
Empezaban
por la identidad sexual: te levantabas de la cama sin saber si eras homo o
hetero. Continuaban por la identidad ideológica: no recordabas si eras votante
de izquierdas o derechas. Cuando te arrebataban la identidad de género, te
preguntabas qué postura adoptar ante un retrete. Finalmente, quedabas vacío de
identidad.
Ahora
por las calles vagan como zombies exdelincuentes sin identidad. “Medidas de
ahorro” –dicen- “así no tenemos que mantener cárceles”.
¡Escalofriante!
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